Bastó una breve conversación con el equipo de SOL para que sus mentes inquietas encontrasen varias soluciones a nuestro problema. Al final, nos quedamos con aquella la mejor en varios aspectos:
- Era la más rápida de crear.
- Reciclaba la mayor cantidad de material.
- Era la más económica.
Enrique Pino diseñó una caja a medida capaz de contener los componentes de la baliza y utilizó la cortadora láser con láminas de DM de 2 mm de espesor para preparar 10 cajas.
Para la base de las peanas se aprovecharon unas piezas de madera que Mario acondicionó. El destino (y la memoria de Mario) quiso que se pudiesen aprovechar unas barras de metal que llevaban en almacén ya un tiempo para completar las bases de las balizas. El cable de alimentación pasaba por debajo de la base, atravesando el centro, para introducirse por la barra y llegar a la baliza en sí.
Por último, Enrique Pino diseñó e imprimió en 3D las piezas necesarias para sujetar las cajas de las balizas a las barras de las peanas.